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14 de septiembre de 2020

Tragedia de Once: Conductor del tren admite que anuló el dispositivo de freno

Actualidad

La defensa de Marcos Córdoba presentó un pedido de libertad condicional donde el maquinista reconoce haber anulado el dispositivo pero que no lo hizo a propósito.

La defensa de Marcos Córdoba, que conducía la formación de la Línea Sarmiento que desencadenó en la denominada "Tragedia de Once", presentó un escrito en el que reconoce haber anulado el dispositivo de freno.

En el escrito presentado el pasado viernes, Córdoba afirma: "Yo tengo responsabilidad, anulé el dispositivo, pero no lo hice a propósito, nunca imaginé que algo así iba a ocurrir".

Marcos Córdoba, conductor del tren de la Tragedia de Once

Parte del texto fue publicado por el abogado Gregorio Dalbón en su cuenta de Twitter, quien al mismo tiempo exigió "verdad" para los familiares de las víctimas.

En diálogo con "Mañana Sylvestre" en Radio 10, Dalbón consideró que "las muertes del día 22 de febrero del 2012 le corresponden a quien desconectó el dispositivo, Marcos Córdoba".

"No se le pueden cargar las muertes a ningún funcionario publico ni a ningún empresario", remarcó el abogado al tiempo que aseguró que " Córdoba no hubiera anulado ese freno el hecho no se hubiera producido".

"Ese acto que hace Marcos Córdoba y que reconoce, hace que reconozca su responsabilidad por anular ese freno para descansar la mano", remarcó Dalbón.

En febrero se cumplieron ocho años del hecho que terminó con 52 fallecidos y más de 600 heridos, en la terminal porteña de la Línea Sarmiento. Familiares de las víctimas volvieron entonces a reclamar "justicia" y que las 21 condenas sean ratificadas por la Corte Suprema.Ámbito.com

23 de mayo de 2020

Procesaron a cuatro peritos del juicio por la Tragedia de Once por mentir para perjudicar al conductor del tren

Actualidad

La resolución judicial analiza el comportamiento de los expertos durante el juicio realizado en el Tribunal Oral Federal 2 que determinó responsabilidades por el choque sucedido en 2012

Cuatro ingenieros que actuaron como peritos en la causa y en el juicio oral y público por la Tragedia de Once fueron procesados por el delito de falso testimonio agravado. El juez federal Marcelo Martínez De Giorgi consideró probado que los expertos mintieron durante el juicio para perjudicar a Marcos Córdoba, el motorman que conducía el tren que chocó contra el andén el 22 de febrero de 2012.


La causa se inició en abril de 2016 cuando el tribunal Oral Federal 2 que en diciembre había dictado condenas por la Tragedia de Once denunció a los peritos por falso testimonio. El caso quedó a cargo del juez Claudio Bonadio quien falleció el 4 de febrero pasado. Martínez De Giorgi subroga el juzgado que estaba en manos de Bonadio. El fiscal del caso es Carlos Rívolo quien, cuando impulsó la causa, acusó a los ingenieros de haber tenido “una tendenciosa actuación procesal, guiados presumiblemente por la intención de atribuir responsabilidad penal únicamente al motorman de la formación siniestrada -Marcos Antonio Córdoba- pretendiendo limitar cualquier tipo de extensión de reproche hacia los restantes imputados en aquel juicio”.

Los ingenieros procesados por falso testimonio agravado son Raúl Díaz (perito oficial), Alejandro Héctor Leonetti (perito por la Secretaría de Transporte), Horacio Faggiani (perito por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte) y Julio César Pastine (perito por Trenes de Buenos Aires). Estos ingenieros habían sido procesados por Bonadio y aquella resolución revocada por la Cámara Federal que consideró que era prematura la decisión del juez y que no se había podido probar que mintieron para perjudicar a Córdoba. El motorman, vale recordar, es uno de los que cumple condena con prisión efectiva por el caso.

El procesamiento firmado ayer por Martínez De Giorgi, al que accedió Infobae a través de fuentes judiciales, analizó el comportamiento de los cuatro peritos sobre tres puntos fundamentales del caso. Focalizó el juez sobre lo que dijeron los peritos procesados acerca de la velocidad a la que el tren entró en la estación de Once el 22 de febrero de 2012; la explicación sobre la función que tenía el paragolpes del andén 2 de la estación que no funcionó y por último el acaballamiento (debido al estado deplorable de la carrocería del tren) del segundo vagón sobre el primero de la formación que determinó buena parte de las muertes ocurridas aquel día. Como consecuencia del choque hubo 51 muertos y más de 700 heridos.

Al comienzo de su resolución Martínez De Giorgi señaló que “bajo estos parámetros entonces serán ponderados y evaluados los diferentes elementos de convicción reunidos, los cuales -a juicio del Tribunal- adquieren suficiente entidad como para demostrar -con el grado de provisionalidad exigido- que durante la intervención de los ingenieros Díaz, Leonetti, Faggiani y Pastine -en aquel juicio-, existió una acción premeditada para hacerle cargar con toda la responsabilidad del suceso acontecido el día 22 de febrero de 2012 al conductor de la formación Marcos Antonio Córdoba, intención que además habría tenido en miras limitar toda extensión del reproche hacia los demás encausados”.

Es decir que, para el juez los peritos procesados quisieron culpar a Córdoba y de ese modo salvar a los empresarios de la firma Trenes de Buenos Aires (TBA) –que explotaba el ferrocarril Sarmiento- y a los ex funcionarios públicos condenados por su responsabilidad en la falta de control del mantenimiento de los trenes. La tesis sobre la única responsabilidad del motorman en la Tragedia de Once fue la defensa política del kirchnerismo y se extiende hasta la actualidad. En los últimos días, Ricardo Jaime, condenado por la Tragedia de Once y por recibir coimas de empresarios -entre ellos los de TBA- se consideró un preso político y volvió a sacar a luz la teoría de que Córdoba fue incitado a chocar el tren para perjudicar al gobierno de entonces. El Tribunal Oral Federal condenó tanto a Córdoba como a los empresarios y ex funcionarios del área de Transporte porque consideró que hubo responsabilidades conjuntas en la Tragedia de Once. Esa condena fue confirmada por la Cámara de Casación. Varios de los condenados cumplen prisión efectiva, entre ellos Jaime y Córdoba.

Martínez De Giorgi analizó la actuación de los peritos procesados en el juicio oral y público respecto de la velocidad a la que se produjo el choque. Esa respuesta de los expertos era fundamental porque a partir de ello se podía determinar si el sistema de frenos había sido o no accionado por Córdoba.

Dijo el juez: “De esta forma, la comunidad probatoria reunida da cuenta suficiente de la responsabilidad penal que deberán asumir los encausados en torno al juicio de reproche formulado, pues se encuentra acreditado que durante la instrucción del sumario los nombrados argumentaron una interpretación del registro del GPS (análoga a la que -a la postre- se convalidara en la sentencia), pero en la instancia posterior -esto es, durante el debate- tal exégesis cambió, y fue mutando en la medida de sus necesidades, a partir de nuevas disquisiciones no sólo alejadas de aquella originaria definición, sino particularmente carentes de todo razonamiento lógico y que, por añadidura, se acomodaban hacia un solo único objetivo, desnaturalizar cualquier hipótesis vinculada a la existencia de una maniobra de frenado por parte del motorman.

Así, la falta de argumentos lógicos, la constante transformación de sus afirmaciones y razonamientos -mediante los cuales fueron acomodando sus interpretaciones de acuerdo a las exigencias del momento-, y fundamentalmente la total ausencia de un respaldo científico y/o bibliográfico que explicara justificadamente los motivos para descartar el registro de 20 km/h del GPS -vinculado estrictamente a la hipótesis de frenado por parte del conductor-, terminan por confirmar el grado de sospecha que ha ceñido sus intervenciones”. Y agregó “puesto que cada uno de ellos era pleno conocedor de las conclusiones arribadas en el informe presentado, y pese a ello, resolvieron deliberadamente modificar su razonamiento y sin mayor análisis, durante el juicio, intentaron descalificar uno de los elementos objetivos de análisis -reporte del GPS- para aventurarse en realizar un nuevo estudio que sorprendentemente carecía de toda lógica y profesionalidad, direccionando su labor para la construcción de una hipótesis fáctica -inexistencia de maniobra de frenado, previo a la colisión- que perjudicaba directamente al motorman, Marcos Antonio Córdoba (repárese lo ínsito en sus declaraciones, que conducían a descartar de plano la existencia de una acción de frenado por su parte, y lo convertían, de esa forma, en el único responsable del accidente), diluyendo así la responsabilidad de los demás imputados, respecto a la deplorable condición que presentaba no sólo del tren siniestrado sino también la infraestructura”. La síntesis de lo dicho por el juez Martínez De Giorgi es que durante la instrucción de la causa dijeron una cosa y la cambiaron durante el juicio para responsabilizar sólo al motorman.

El juez analizó también lo que los peritos procesados dijeron en el juicio sobre el paragolpes hidráulico del final del andén 2 que no funcionaba al momento del choque. Durante el juicio oral y público sostuvieron que el paragolpes había cumplido con su función que era evitar que el tren se metiera en la estación llena de gente. “Con fundamento en lo expuesto y dadas las circunstancias, queda claro que la voluntad de los imputados estuvo orientada a “tergiversar” el significado y alcances del término “parachoques” y “pared de impacto de fin de vía”, y así poder deslindar las responsabilidades emergentes de los demás causantes en la causa principal, a excepción de Córdoba, respecto del estado inoperante del parachoques, intentando -del modo indicado- transfigurar el verdadero objetivo y naturaleza de esa tecnología. Es que pretender sostener que la finalidad del paragolpes sería únicamente evitar que la formación traspase a la zona de circulación del público, pero no así evitar el daño al tren que colisiona, carece de todo sustento y contradice cualquier criterio de lógica o sentido común. En definitiva, siendo la finalidad de un paragolpes amortiguar, apaciguar o disminuir los efectos de una colisión, mediante la absorción de la energía cinética, y partiendo de la velocidad constatada al momento del impacto -esto es, de 20 km/h-, es perfectamente apropiado asumir que, si el sistema hidráulico hubiera funcionado adecuadamente, la magnitud del siniestro indudablemente hubiera sido de menor envergadura”., explicó Martínez De Giorgi.

Otro de los aspectos en los que para Martínez De Giorgi quedó probado fue que los peritos procesados mintieron fue respecto del acaballamiento de un vagón sobre otro. Eso se produjo -según se explica en la resolución- debido a la corrosión y el óxido que presentaba el tren (modelo 1962) que redujo la resistencia del material y provocó el efecto que resultó mortal. El juez afirmó que: “En contraposición a lo sostenido durante el juicio por los imputados, quedó demostrado en la causa principal que de haberse cumplido las tareas de mantenimiento comprometidas contractualmente, renovado las unidades y/o evitado el deplorable estado que presentaban al momento del siniestro, bien podría haberse afrontado la colisión contra el paragolpes de fin de vía -por cierto, inoperante- con mayor integridad, de modo que el proceso de acaballamiento podría haber sido de menor envergadura, reduciéndose -por añadidura- las consecuencias lamentablemente verificadas”.

Martínez De Giorgi sostuvo que la actuación de los peritos fue direccionada. El juez señaló que “todo hace presumir que la intervención de los profesionales que aquí se trata, habría respondido directamente a las estrategias defensistas de quienes los designaran, apartándose -de esa manera- de las obligaciones inherentes al cargo -auxiliares de justicia- y de las premisas fijadas consecuentemente por el tribunal, para comprender acabadamente lo que había ocurrido aquél fatídico día 22 de febrero de 2012”.

El juez -en el procesamiento en que embargó por $ 200.000 a Díaz, Leonetti, Faggiani y Pastine- concluyó que “los imputados, a lo largo del juicio, enfática y reiteradamente sostuvieron que, en el último tramo del trayecto recorrido por el tren, previo al impacto contra el paragolpes del andén N°2 de la estación de Once, no se verificó ninguna maniobra de frenado. Del mismo modo se pronunciaron en orden a la inexistencia de fallas o anomalías del material rodante y de la infraestructura -incluyendo el paragolpe del Andén N°2- que hubieran posibilitado el lamentable suceso, contexto que claramente estaba dirigido a perjudicar la situación procesal del motorman, Marcos Antonio Córdoba, por un lado, y beneficiaba a los demás encausados”.Infobae.com

5 de diciembre de 2019

Ricardo Jaime: "No tengo dudas de que al tren lo mandaron a chocar"

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Redacción Crónica Ferroviaria

Ricardo Jaime, fue desde 2003 hasta 2009 el Secretario de Transporte de la Nación durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, en un reportaje al medio Infobae en su parte más saliente con relación a la tragedia ferroviaria de la estación Once de Septiembre de la Línea Sarmiento, donde costara la vida de 51 personas, expresó que "quedó demostrado en los juicios de Once que no fue una tragedia, sino un crimen cometido por una persona, que hoy está cumpliendo una condena menor, pero están impunes los autores ideológicos".


"No tengo dudas que al tren lo mandaron a chocar", aseguró y agregó: "quedó demostrado en los dos juicios, el tren no frenó en los últimos 800 metros, se estrelló en el final del andén, y el motorman, si se hubiera descompuesto o desmayado, lo hubiera dicho. La conclusión es que ese choque fue a propósito, y lo que ocurrió a posterior, porque el juez (Claudio) Bonadio cerró rápido el proceso de instrucción, no investigó".

"Hubo un gran encubrimiento de los verdaderos motivos del por qué chocó el tren; no se buscaba una tragedia de esta naturaleza, sino llamar la atención, pero la tragedia ocurrió. (Marcos) Córdoba fue al autor material, pero los intelectuales no fueron condenados", insistió.

Con relación a su situación personal dentro del penal de Ezeiza, Jaime señaló: "Cuestan los días, nos privaron de tantas cosas, no solo de no estar con la familia. Uno se siente una persona inútil para todo y, más allá de las vejaciones, del desprecio, de las actitudes que ha tenido que soportar desde que ingresé, los tres habeas corpus para que no me entregaran comida con cucarachas, leche en mal estado, el matratro de la requisa permanente, los traslados con cascos, chalecos, esposas al piso de un vehículo, hoy sale que fue digitado por el presidente Mauricio Macri y su mesa judicial".

Para Ricardo Jaime, ¿quiénes serían los autores intelectuales?. Ojalá algún día si Jaime puede demostrar lo que expresa, sería bueno saberlo.

5 de octubre de 2018

Tragedia de Once: La Fraternidad apelará el fallo ante la justicia por el conductor Marcos Córdoba

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

El Sindicato La Fraternidad (Conductores de trenes) a través de su Secretariado Nacional, manifestó su “total repudio” a la efectivización de la condena "que priva de la libertad a nuestro afiliado y compañero, Marcos Antonio Córdoba, por el lapso de tres años y tres meses en el marco de la causa del accidente de estación Once de Septiembre, ocurrido en fecha 22 de febrero de 2011", expresaron mediante un comunicado.

"Al sostener la inocencia de nuestro compañero y consecuentemente defenderlo con todas las herramientas que nos proporciona la Ley, ésta decisión de la Justicia de encarcelar a un trabajador nos obligará a emplear todos los recursos legales y sindicales que nos asisten, al vivir en un Estado de derecho, efectuando las apelaciones que sean necesarias ante la Justicia y denunciar ante los Organismos Nacionales e Internacionales que correspondan, con el objetivo de demostrar la inocencia del Compañero Marcos Antonio Córdoba",  argumentó Maturano, Secretario General del gremio.


"Nuestra organización sindical considera que los motivos que dieron origen al gran accidente son productos de décadas y de liquidación de desinversión ferroviaria, que bajo ningún concepto son atribuibles al desempeño del conductor, por lo que desde el primer día brindamos el apoyo incondicional y la defensa legal desde nuestro sindicato", agregó el sindicalista, quien también es Secretario Adjunto de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).

Por último, expresó que "en esa inteligencia La Fraternidad realizó oportunamente múltiples denuncias y presentaciones ante los organismos pertinentes que han puesto en evidencia la deplorable situación que aqueja la industria ferroviaria que puso y pone en riesgo la eficiencia y seguridad operativa del servicio. Habida cuenta que las obsolescencias del sistema no puede ni debe ser responsabilidad de los conductores de trenes".

4 de octubre de 2018

Tragedia de Once: Casación rechazó apelaciones y los condenados quedaron al borde de la detención

Actualidad

La Cámara Federal de Casación Penal denegó los recursos extraordinarios con los cuales los sentenciados intentaron que intervenga la Corte Suprema. Jaime ya está preso desde 2015.

La Cámara Federal de Casación Penal denegó los recursos extraordinarios con los cuales los primeros condenados por la tragedia ferroviaria de Once intentan que intervenga la Corte Suprema de Justicia, por lo que los sentenciados quedaron al borde de la detención.

Entre las personas que podrían ir a la cárcel en las próximas horas se encuentran los exsecretarios de transporte Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi (quien ya está preso desde 2015), el empresario Claudio Cirigliano y el motorman Marcos Córdoba.


Fuentes judiciales informaron que la Cámara tomó la decisión con las firmas en mayoría de Eduardo Riggi y Liliana Catucci, en tanto que Carlos Mahiques votó en disidencia parcial. Los jueces denegaron los recursos de todos los condenados y ahora el Tribunal Oral Federal 2 tiene la decisión de disponer las detenciones.

Ricardo Jaime tiene una condena de 8 años de prisión; Schiavi 5 años y medio; Claudio Cirigliano 7 años; y el maquinista Córdoba 3 años y 3 meses.

"Los recurrentes no rebatieron los argumentos esgrimidos por esta sala en la resolución que se cuestiona, limitándose a describir su particular visión sobre el asunto", sostuvieron los jueces. Además, tuvieron en cuenta que "la presentación de las defensas no pueden prosperar toda vez que la decisión en crisis constituye una derivación razonada del derecho vigente de acuerdo a las circunstancias de la causa".

Si bien todos los condenados tienen la posibilidad de apelar mediante recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia, dicho trámite no es suspensivo de la condena impuesta a cada uno de ellos y por eso ya están para ejecutarse.

El 22 de febrero de 2012 el tren chapa 16 impactó contra el andén de la estación Once, lo que provocó la muerte de 52 personas, por lo que los acusados habían sido condenados por estrago culposo.

Además, luego se verificaron irregularidades en el otorgamiento de subsidios de la concesionaria TBA, que tenía a cargo el tren Sarmiento, pues buena parte de los fondos públicos no eran destinados a la mejora del tren sino que el grupo Cirigliano los repartía a otras empresas del holding, al tiempo que se verificó también una gran cantidad de gastos particulares.

Si bien las pericias destacaron graves falencias en el servicio ferroviario, tanto de las formaciones como de los andenes, también estableció que los frenos funcionaban correctamente pese a una pequeña falla de aire y por eso también se le atribuyó culpabilidad al maquinista.

Los condenados de la entonces concesionaria TBA son Marcelo Alberto Calderón y Jorge Álvarez, ambos de TBA, habían sido condenados a 6 años; Carlo Michele Ferrari, Carlos Pont, Sergio Tempone y Jorge Alberto De los Reyes 5 años; Víctor Astrella, Laura Ballestero, Guillermo Antonio D Abenigno, Francisco Pafumi y Antonio Suárez 4 años; Roque Cirigliano 3 años y 6 meses; Pedro Roque Raineri, Oscar Gariboglio, Alejandro Lopardo, Daniel Guido Lodola y José Doce Portas a 3 años.Ámbito.com

1 de agosto de 2018

De Vido y la causa de la Tragedia de Once

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El abogado querellante Javier Moral, representante de un grupo de víctimas del accidente de trenes de Once, pidió una condena de cuatro años y medio de prisión para el ex ministro de Planificación Julio De Vido. Ante el Tribunal Oral Federal 4 señaló que De Vido “como máxima autoridad del Ministerio de Planificación Federal tenían pleno conocimiento del estado de los trenes y sin perjuicio de ello no adoptaron ninguna medida.


Por ello deben responder como participes”. El abogado no apuntó al ex funcionario por el accidente, pese a que De Vido fue llevado al juicio también por el delito de estrago culposo, sino que se concentró en el manejo irregular de los subsidios públicos que recibía la entonces concesionaria del tren Sarmiento, TBA.

El ex ministro no estuvo presente durante el alegato de Moral, quien reclamó también una sanción para el conductor de la formación, Marcos Antonio Córdoba, y sobre él dijo que el día del accidente “no estaba ebrio ni borracho” y “desactivó” el freno conocido como “hombre muerto”. El abogado aseguró que “el tren chapa 16 salió sin ninguna falla”.Página12.com

5 de julio de 2018

Tragedia de Once: Un perito con más dudas que certezas

Actualidad

Se trata de Juan Brito, cuyas afirmaciones acerca del frenado del tren fueron decisivas para las imputaciones realizadas por el juez.

El perito clave en el caso de la tragedia de Once naufragó ayer ante el Tribunal Oral Federal número 2, tuvo que admitir errores e incluso reconocer que sus conclusiones originales fueron sacadas de forma autónoma, al margen de la junta de peritos, lo que podría llevar a anular todo lo que sostuvo. De los siete peritos que actuaron en la causa original, todos concluyeron inicialmente que los frenos del tren funcionaban, lo que ponía en el centro de la escena al maquinista Marco Antonio Córdoba, quien no accionó los frenos y entró a demasiada velocidad a la estación. Sin embargo, uno de esos mismos peritos, Juan Alfredo Brito, en forma sorpresiva, se presentó después con un escrito propio en el que se contradijo a sí mismo y sostuvo que no se podía asegurar la capacidad de frenado. La conclusión de Brito fue una base que tomó el juez Claudio Bonadio para sustentar las imputaciones en la causa inicial y también la utilizaron después los jueces del Tribunal Oral para fundamentar las condenas en el llamado juicio Once I. Ahora, se está realizando Once II, con el ex ministro Julio De Vido como principal acusado. Ayer, Brito hizo agua en una audiencia clave, en la que declararon al mismo tiempo y de forma coloquial seis peritos. Brito quedó totalmente solo.


En principio, el debate giró alrededor del carácter de las conclusiones presentadas por Brito respecto de los frenos. El perito admitió que no las había planteado en la junta de peritos, sino que fue un trabajo autónomo, por fuera del coloquio entre los especialistas. Los juristas dicen que eso es nulo, ya que cualquier perito puede tener una disidencia, pero la tiene que plantear inicialmente dentro de la junta y luego está en condiciones de presentar sus conclusiones en disidencia con la mayoría. En el caso de Once, Brito coincidió en las conclusiones con los demás peritos pero luego, sin que nadie lo supiera, se presentó con un dictamen distinto, contrario al  de los otros peritos oficiales. Incluso el juez lo usó para imputar a los demás por falso testimonio, dando por bueno sólo lo sostenido por Brito. Ya en marzo de este año, la Cámara Federal absolvió a los cinco peritos denunciados por el magistrado señalando que no actuaron con dolo y que no estaba para nada probado que habían mentido en sus conclusiones.

Además, ayer, Brito naufragó en casi todas las cuestiones técnicas que afirmó originalmente en su disidencia. Por ejemplo, dijo entonces que la proporción de compresores–coches del tren era deficitaria porque la relación era que había tres compresores que funcionaban en cuatro coches. Cuando ayer le preguntaron argumentó que tomó ese dato de un gráfico incorporado al expediente. Los demás peritos y abogados de la defensa pidieron que se exponga el gráfico y se verificó que la proporción era menor, cuatro compresores funcionaban en los seis coches del tren. “Sí, ese fue un error mío”, admitió Brito.

–¿Pero esto no modifica la capacidad de frenado del tren? ¿No es mayor la capacidad de frenado con esta proporción que con la que usted señaló? –le preguntaron en la audiencia.

–No, no. Bueno, la verdad que sí– terminó reconociendo el perito.

Brito también trastabilló cuando le preguntaron por otro ingrediente de sus conclusiones relacionadas con la velocidad. El perito afirmó que utilizó un programa llamado Matemática en el que lo decisivo son los datos que se ingresan. Cuando le preguntaron de dónde sacó esos datos contestó que del GPS, pero resulta que ese dato fue inexistente, de manera que la conclusión fue errónea.

Brito también había dictaminado que la tragedia fue peor a raíz de los niveles de óxido que tenían las formaciones. Ayer admitió que el óxido se puede medir en un laboratorio, pero que él no recurrió a ninguna medición: la hizo a ojo. Los peritos le señalaron que confundía polvo con óxido. A eso, Brito no tuvo respuesta.

Es decir que durante la audiencia, todos los especialistas que actuaron en el caso se mantuvieron en sus conclusiones, incluso aunque los había denunciado el juez. El único que afirmó que no era seguro que el tren podía frenar, terminó admitiendo errores de todo tipo, fallas fundamentales, en su dictamen.

El saldo de la declaración de ayer fue que quedó reafirmado el dictamen mayoritario de los peritos: que los frenos funcionaban, por lo tanto el tren estuvo a la deriva, sin tracción (sin aceleramiento) ni frenado en los últimos 300 metros; que chocó a 25 kilómetros por hora, cuando debía llegar al anden a cinco kilómetros por hora y que ni siquiera la estructura de paragolpes hubiera frenado una formación que entrara a Once a más de 12 kilómetros por hora.

En los hechos, lo ocurrido favorece incluso a algunos de los que fueron condenados en el anterior juicio porque reitera que una causa fundamental, directa, de la tragedia fue la inacción del motorman. Página12.com

21 de mayo de 2018

Dra. Valeria Corbacho: "La Resolución de la Sala 3 de Casación que avasalla el sentido de Justicia"

Gremiales

Redacción Crónica Ferroviaria

Mediante una solicitada publicada en el diario Perfíl del día de ayer, la Dra. Valeria Corbacho con relación al fallo judicial de la Tragedia de la estación Once de Septiembre, expresa lo siguiente:

30 de diciembre de 2015

Marcos Córdoba: “Soy inocente, hice todo lo posible para frenar ese tren”

Actualidad

A Marcos Antonio Córdoba le cuesta hablar. Pide que la charla sea corta y avisa que está desilusionado. El maquinista que conducía el Chapa 16 que chocó contra la estación de Once el 22 de febrero de 2012 creyó que iba a poder comenzar una nueva vida, pero el Tribunal Oral Federal Nº2 lo acaba de condenar a tres años y medio de prisión y siete de inhabilitación, por considerarlo parte responsable del delito de estrago culposo, "por haber causado la muerte de 51 personas, más una por nacer". No quiere dar detalles del noviazgo que empezó después de la tragedia pero, en la primera entrevista de sus 29 años, el motorman le dice a Tiempo que es inocente, que se siente una víctima más, y llora al reconocer su temor de ir a prisión.


–¿Cómo repercute este fallo en usted?

–Estoy angustiado, dolido, decepcionado. No tengo muchas palabras más. Esto, sinceramente, no me lo esperaba. Pensé que iba a ser absuelto porque soy inocente. Hice todo lo posible: frené el equipo y el equipo no respondió. Si hubiese estado todo bien, ¿por qué el equipo no frenó? ¿Por qué no frenó, cuando yo frené a una distancia prudencial? Mucho ánimo no tengo. Digo lo que siento, lo que me parece injusto.
–¿Puede reconstruir cómo fue aquella mañana?

–Lo que no se me va a borrar nunca más son los gritos de la gente, los estallidos, cuando cortaban los fierros. La herida superficial se va, pero la que te queda siempre es la que tenés en el corazón y en la cabeza. Eso no te lo borra nadie.

–¿Le quedaron heridas del choque?

–Me quedó una marca en el pie, pero no es nada en comparación con lo que llevo acá (Córdoba señala su corazón).

–Inmediatamente después del hecho fue internado y quedó incomunicado. ¿Quién le contó lo que había pasado?

–Al principio fue todo rápido. Me enteré de la cantidad de fallecidos recién cuando fui a declarar, tres días después. Me encontré con mi abogada y el juez, y ahí me fui informando cómo fueron las cosas.

–¿Quiénes fueron los responsables de lo que pasó?

–No sé. Para eso están las pruebas. Las cosas están más que claras. Fue un juicio extenso. Yo no soy juez. Lo único que sé es que soy inocente porque hice todo lo posible para frenar ese equipo.

–¿Tenía experiencia suficiente para ese trabajo?

–Yo soy personal idóneo, por eso figuro así en el carnet. Estudié para ejercer esa profesión.

–¿Qué significaba para usted el oficio de ferroviario, de maquinista?

–Soy tercera generación de ferroviarios. No pensé que me iba a gustar, pero entré y me gustó. Me di cuenta de que el ambiente es muy unido. Te sentís contenido con ellos. Estaba cómodo con mi trabajo. Era un simple trabajador. Pero cambió mi vida. Lo primero que quiero es reacomodarla.
–¿Cómo han sido estos casi cuatro años?

–De mucha lucha, día a día. Ser fuerte para mí y para mi familia. Tratar de llevarlo como uno puede. Pero la cabeza sigue pensando cómo va a seguir la vida. No es simple. Traté de despejarme, pero uno no puede sacar esto, por más que lo intentes. Es una huella que se lleva siempre. Mi familia me ayuda, es mi gran apoyo. Y mi novia. Pero de mi vida privada no quiero hablar.

–¿Tiene miedo de ir a la cárcel?

–Sí. A cualquier persona inocente le da miedo. Una persona trabajadora, que se levanta todas las mañanas para ir a trabajar y de repente agarran tu vida y te dicen que sos culpable y que te pueden dar tres años y seis meses… Tres años de no ver a tu familia, de no disfrutar ninguna fiesta, un cumpleaños ni nada con tu familia… Obvio que da miedo. Miedo, dolor.

–¿Hay algo que quisiera decirles a los familiares de las víctimas?

–Que me solidarizo con ellos. No sé si este resultado los convence. Pero cuando leyeron la sentencia, aunque a mí me acusaron, me di vuelta y miré cómo se abrazaban. Y vi todo ese dolor que sienten. Por más que hayan dado sentencia como dieron, ellos van a llevar ese dolor por siempre, así como lo llevo yo. Soy una víctima más porque yo sentí, estuve ahí. Está bien, no he perdido familiares como ellos, pero sentí lo mismo que sintieron ellos. «

"La sentencia no refleja lo que se vio en el juicio"

“Estos fallos hacen que al país no se le dé el mensaje que se le tiene que dar”, dice Valeria Corbacho, abogada de Córdoba, indignada por el fallo que condenó a su defendido. “Vamos a ver lo que pasa con los fundamentos en marzo. Lo que nos decepciona y nos duele profundamente es que no pueden convivir una falla humana y una falla mecánica. Está probado que los frenos del tren no funcionaban correctamente. Si te lo doy a manejar, vos frenás con distancia más que suficiente y no te frena, no te puedo responsabilizar. No puedo exigirle a ningún conductor más pericia de la que tuvo Córdoba. No podemos ser todos responsables por todo. Estoy ansiosa por ver por qué el jefe de material rodante (Luis Ninoná) resultó absuelto. No sé qué juicio vieron estos jueces. La sentencia no refleja lo que pasó en estos dos años de juicio”.

Corbacho adelanta que apelará, y agrega: “Esto pasaba permanentemente. En una estación intermedia, no pasaba nada. Pasó en la terminal”.Ámbito.com

19 de octubre de 2015

La defensa del maquinista cargó contra "la desidia" con la que operaba TBA y la "laxitud" de los controles

Actualidad

La defensa del maquinista Marcos Córdoba insistió hoy en deslindar la responsabilidad de su cliente en el choque de trenes de Once de 2012, y puso la lupa en la "falta de coherencia entre toda la documentación que obra en la causa", en la "desidia" de la empresa concesionaria Trenes de Buenos Aires (TBA) y en la "laxitud" de los controles.

En este contexto, afirmó que su defendido "hizo todo lo que debía", subrayó que "no actuó con negligencia ni imprudencia" y planteó que quienes buscan cargar sobre él con la responsabilidad de la tragedia "parten de una premisa falsa, que es que las condiciones del tren eran óptimas".


Así lo hizo la abogada Valeria Corbacho en el marco de la segunda fase de su alegato en el juicio oral y público que se sustancia en los Tribunales Federales de Comodoro Py, en el que su defendido es uno de los 28 imputados juzgados por el choque del tren "chapa 16" del ferrocarril Sarmiento que colisionó contra la cabecera del andén en la estación Once y causó la muerte a 51 personas y más de 700 heridos.

En ese marco, la defensa del maquinista señaló la "falta de coherencia entre toda la documentación" que obra en la causa, y sostuvo que "no hay información unívoca para saber cuál es, por ejemplo, la cantidad de kilómetros de cada uno de los coches" ni para conocer exactamente las revisiones a las que habían sido sometidos cada uno de los coches que integraba la formación.

Además, advirtió sobre los "laxos controles que se realizaban sobre la concesionaria" y sostuvo que, incluso, "un informe de la propia CNRT" señala que "la documentación que presentaba la concesionaria TBA en relación a los trabajos de mantenimiento no resultaba confiable, ya que la misma no se condecía con la surgida de las inspecciones que se realizaban".

"Lo único verdadero es que las falencias en el tráfico ferroviario eran gravísimas y la prueba al respecto es contundente", consideró Corbacho en el alegato de su defendido, quien enfrenta un pedido de tres años y ocho meses de prisión.

La defensa de Córdoba volvió a cargar contra "la ineficiencia y la displicencia en la tarea de seguimiento y control que realizaba la CNRT y, por ende, en la Secretaría de Transporte", sobre quien recaía su contralor.

También, indicó que la situación en la que circulaba el tren que protagonizó el accidente no constituía la excepción sino que se trataba "de un tren estándar que salía a prestar servicio en la línea Sarmiento a diario".

En un tramo apuntó también contra el maquinista que había conducido esa formación inmediatamente antes que Córdoba, quien -sostuvo- le dijo a su defendido, cuando hizo el traspaso del servicio, "que no había ninguna anormalidad sólo que, a medida que el tren se iba llenando, le costaba frenar, lo que implicaba que tenía que frenar antes".

Se trata de Leandro Andrada, el motorman que había manejado la formación "chapa 16" antes que Córdoba, y que el 8 de febrero del 2013 murió baleado en el marco de un supuesto asalto cuando esperaba el colectivo 269 que lo dejaba en la estación Castelar, para ir a trabajar.

"Conforme a su experiencia y a la forma en que conducía, comandar una formación con esos estándares, era algo habitual para Andrada porque no se lo consideraba una falla sino una característica de esta formación que frenaba distinta a las otras, con lo cual ninguna otra precisión fue indicada a Córdoba", sostuvo Corbacho.

Tras casi tres horas de exposición, el Tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta las 14, cuando la defensa del maquinista continuará con su alegato.Telam

14 de octubre de 2015

Tragedia de Once: "Se busca descargar la culpa sobre el eslabón más humilde", afirmó la defensa del conductor de la formación Chapa 16T

Actualidad

La abogada del maquinista Marcos Córdoba, Valeria Corbacho, afirmó esta mañana que "se busca descargar la culpa sobre el eslabón más humilde" por la tragedia de la formación del ferrocarril Sarmiento que conducía su cliente y que el 22 de febrero de 2012 colisionó en la estación porteña de Once, provocando la muerte de 51 personas, entre ellas una embarazada.

En el juicio "se demostró la maniobra de querer descargar la culpa sobre el motorman, el más humilde eslabón de la cadena", inició Corbacho su alegato ante el Tribunal Oral Federal 2 en el barrio porteño de Retiro, que juzga el choque del tren "Chapa 16".


En la primera de las dos jornadas que se prevé dure el alegato final de la defensa de Córdoba, su abogada aseguró que el día de la tragedia el maquinista recibió "chatarra" para conducir.

Además, aseguro que la situación sobre el mal estado de los trenes había sido advertida desde 2009 por el gremio a la concesionaria y que no hubo ningún control sobre el estado del servicio ni sobre el uso dado a los subsidios.

"Hubo advertencas del gremio sobre la falta y mal estado de compresores que dificultaban frenar trenes desde 2009", afirmó Corbacho.

Y remarcó que Córdoba trabajaba en la "incertidumbre y de acuerdo a las condiciones que imponía la empresa que ponía sobre sus hombros el peligro"

"La falta de mantenimiento de esta chatarra que venía por la vía desde Moreno hasta Once no permitiría atenuar lo que pudiera ocurrir", agregó Corbacho.

"Se aprecia claramente el origen y la razón de esta tragedia", continuó tras enumerar una supuesta falta de compresores en los trenes, de velocímetros, entre otros aspectos, y agregó que "esta situación correspondía a todo el sistema ferroviario y nada hace suponer que uno de sus trenes, el Chapa 16, sea la excepción".

Según consideró, "la seguridad era el centro del problema porque estaba todo mal" por parte de la ex concesionaria del ferrocarril Sarmiento, TBA y de quienes debían controlar y "sistemáticamente consintieron los incumplimientos".

Córdoba tiene un pedido de condena de tres años y ocho meses de prisión por parte de la fiscalía de juicio al entenderlo responsable de "estrago culposo agravado".

Dos querellas pidieron condenarlo a 22 años de cárcel mientras que otras dos no lo acusaron.

Con el alegato de su defensa se abrió la etapa del juicio dedicado a escuchar a los abogados de los procesados, entre ellos los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el empresario Claudio Cirigliano y ex directivos de TBA, entre otros. Telam.com

2 de octubre de 2015

Tragedia de Once: "Si no había pruebas, no hubiera acusado a todos los imputados"

Actualidad

Fernando Arrigo, el fiscal de la tragedia de Once, repasó sus alegatos en las cinco audiencias. "Lo que pasó no fue una casualidad", aseguró.

En las últimas dos semanas del juicio que investiga las responsabilidades por la llamada "tragedia de Once", la atención estuvo dirigida a una sola exposición: el alegato del fiscal. Durante cinco audiencias, Fernando Arrigo expuso su visión de lo ocurrido y culminó la alocución pidiendo penas por estrago culposo y administración fraudulenta para la mayoría de las 28 acusados, incluyendo a directivos de TBA -la empresa que tenía la concesión de la línea Sarmiento-, a ex funcionarios del área de Transporte de la Nación -entre los que se cuentan los ex secretarios Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi- y al maquinista Marcos Córdoba, el único al que sólo le adjudicó el delito de estrago (ver aparte).

Fernando Arrigo, el fiscal de la tragedia de Once

Quizás porque es la primera vez que le toca alegar en una causa con víctimas fatales, o tal vez por la magnitud de este proceso judicial y los dos años que lleva trabajando en él, el fiscal se mostró emocionado al cierre de la presentación que hizo ante el Tribunal Oral Federal Nº2: "Esta causa es por una injusticia que todavía duele mucho", se justifica ante este diario, y agrega: "Toda esa gente, los pasajeros, fueron invisibles hasta que pasó lo que pasó."

Antes de empezar a ocuparse de las presentaciones que los abogados defensores harán la próxima semana en torno a su alegato, Arrigo recibió a Tiempo y explicó su parecer sobre lo que pasó el 22 de febrero de 2012 en la estación terminal de Once, cuando el tren Chapa 16 chocó contra el paragolpes y dejó a 51 personas muertas –una de ellas embarazada- y 789 heridos, en una de las mayores tragedias ferroviarias de la historia argentina. "Lo que pasó no fue una casualidad", asegura.

–Se puede suponer por qué los imputados pudieron haber sido responsables de lo que pasó e incluso del mal estado de los trenes. Pero, ¿por qué usted entiende que la responsabilidad es penal?

–Hay que tener en cuenta, por un lado, la administración fraudulenta, que significa que no custodiaron, no cuidaron, y perjudicaron al Estado Nacional en sus bienes, particularmente en el Chapa 16. Por otro lado, la tragedia de ese día fue consecuencia de la negligencia e impericia. Hubo distintos aportes y todos fueron determinantes. Por ejemplo, la falta de mantenimiento: las reparaciones generales empezaron a vencer en 2003. Se encontró óxido en las formaciones, que genera tensiones y facilita la rotura del material. De las personas que murieron, 21 fueron por estar aplastadas y el resto por las lesiones del impacto. Este acaballamiento se facilitó por la existencia del óxido. Ahí se ven los distintos roles de cada uno y el modo en que no cumplieron con que el transporte de pasajeros fuera seguro. Esto abarca a los funcionarios de la secretaría, a los de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT), a los empresarios y a Córdoba. Lo que pasa es que la conducta de Córdoba estaba condicionada por el mal estado de las formaciones y su poca capacidad para conseguir otro trabajo. Si alguno de los imputados hubiera actuado diligentemente, no hubiera pasado lo que pasó.

–En el alegato, usted habló de la necesidad de investigar al ministro de Planificación Julio De Vido. ¿Por qué el último responsable es el secretario de Transporte?

–Una de las querellas pidió que (De Vido) fuera citado a declarar. Yo lo que dije fue que hay una causa en trámite, en la que está imputado, y que ese trámite debe continuar para que se resuelva su situación procesal. Sobre las responsabilidades, eso se dispone en el requerimiento de elevación a juicio (que estuvo a cargo del juez Claudio Bonadio), y por otro lado están las pruebas. Ese es el límite.

-En los choques de trenes posteriores del Sarmiento, la imputación alcanza sólo al maquinista. ¿Por qué este caso es distinto?

-No sé, porque no estuve en los otros. Lo que veo en este caso es que hay pruebas para demostrar la falta de supervisión y de mantenimiento. Si no hubiera habido pruebas, no los hubiera acusado.

–¿En qué se evidencia la negligencia de Córdoba?

–En no haber aplicado el freno de emergencia a los 100 segundos de haber advertido el freno largo (con poco aire) en la zona de ingreso a la estación y con eso probablemente evitar el choque.

–Él dice que no le funcionó.

–Al igual que todos los imputados, está tratando de defenderse. En ese ejercicio de la defensa le está permitido hasta mentir. El accidente podría haberse evitado y con eso es suficiente para formular una acusación. Él se dio cuenta de que la formación no frenaba. Y luego está el tema de la velocidad desarrollada por la formación, por arriba del permitido.

–¿Y qué pasó con el freno llamado "hombre muerto"?

–Si hubiera funcionado el freno de emergencia, no hubiera tenido que recurrir al hombre muerto o al freno de guarda. Pero demuestra una conducta negligente por parte de Córdoba el haber tomado la formación sin el freno de guarda y haber desconectado el hombre muerto. 

–¿Puede ser que eso tenga que ver con su poca experiencia?

–De haber seleccionado para conducir ese tren a una persona con más antigüedad, que la había, muy probablemente hubiera tirado el freno de emergencia a tiempo. Pero son hipótesis.

–Schiavi sostiene que no era potestad de él dar de baja la concesión del servicio y que le resulta llamativo que usted tenga coincidencias con la defensa de Córdoba.

–Se está defendiendo. Dejen que exponga lo que quiera.

–¿Cuán importante como prueba es el mail que Roque Cirigliano (ex gerente de Material Rodante de TBA) mandó a la empresa cinco días antes del choque diciendo que el Chapa 16 estaba "condenado a la inactividad"?

–Muy importante. La falta de mantenimiento se sabía pero lo que no imaginamos era que ellos mismos iban a reconocer que en marzo podía colapsar, como dice ese mail. Como dijo un testigo, era un Cromañón ferroviario.

–Si Córdoba hubiera hecho lo mismo en un tren nuevo, ¿la cantidad de muertos hubiese sido la misma?

–Creo que hubiese sido menor.

–¿Cómo explica que en la mitad de las querellas sólo se haya acusado al maquinista y en la otra mitad se señalara a todos excepto al motorman?

–Son estrategias diferentes. Y actuaciones con intereses diferentes. Los abogados están representando víctimas. Algunos, y me parece legítimo, acuerdan por una suma de dinero una reparación.

–¿Qué hubiera cambiado en el juicio la presencia de Leandro Andrada (el maquinista que le entregó a Córdoba la formación esa mañana y fue asesinado al año en un confuso episodio)?

–Creo que mucho, porque él da un dato importante: esta formación tardaba mucho más en dejar operativo el sistema de freno. Ahí teníamos la primera pista de que era un freno de emergencia con poco poder.

–¿Por qué incluyó la pericia, a pesar de las objeciones que se le hicieron?

–Me dio la sensación de que no querían ir mucho más allá de lo que había. Además le modificaron tantas cosas al tren peritado que cada vez se parecía menos al Chapa 16. Traté de no considerar muchas conclusiones porque había inconsistencias, pero sí los datos que contenía.
–¿Por qué se emocionó durante el alegato?

–Cada vez que me acuerdo de esas familias, en las que algunos sintieron culpa de sobrevivir y se suicidaron, familias que quedaron desintegradas… Y cómo murieron… Les tiraron aceite con vaselina y agua. A uno le arrancaron el brazo porque no lo podían despegar. Cómo viajaron durante años… Ese dolor y esa posición tan digna de las víctimas hoy reclamando justicia... Yo no sé cómo sigue una mamá a la que se le muere un hijo. Me genera mucho dolor. El grupo social de estas víctimas es el más vulnerable. Pensemos que hay gente que viajaba en tren porque no le alcanzaba la plata para viajar en otro medio. Es una injusticia que duele mucho. De las que me tocó, es la causa que más me ha conmovido. Estamos hablando de gente que viajaba en jet privado o que se iba de vacaciones al extranjero con la plata de TBA. La contrapartida de eso es lo que pasó.  «

Las penas pedidas en la causa

Para el maquinista Marcos Córdoba, el fiscal pidió tres años y ocho meses y es al único que sólo imputó por estrago culposo agravado. El resto suma el delito de defraudación contra la administración pública, con penas que van de 3 a 11 años, y son de cumplimiento efectivo.

Las penas más altas fueron solicitadas para el ex secretario de Transporte de la Nación Ricardo Jaime -a quien pidió unificarle la pena con una sentencia previa de seis meses en suspenso- (11 años, y Juan Pablo Schiavi, quien ocupaba ese sillón al momento del hecho (diez años y diez meses). Les siguen los empresarios Sergio (diez años y once meses) y Mario Cirigliano (diez años y seis meses, al igual que a Roque) y los interventores de la CNRT Pedro Ochoa Romero (diez años y seis meses) y Antonio Sícaro (diez años). A Miguel Werba y a Carlos Lluch, con roles jerárquicos en TBA, no les imputó el estrago.InfoNews.com

29 de septiembre de 2015

Argentina: Fiscal pide cárcel para acusados por choque tren

Actualidad

Un fiscal argentino pidió el martes penas de entre tres y 11 años de prisión para el maquinista, varios empresarios ferroviarios y ex funcionarios por la muerte de 51 personas en el choque de un tren en 2012.

Un tribunal juzga desde 2014 a 28 imputados por el siniestro ocurrido cuando un tren de la línea Sarmiento embistió la cabecera de la estación Once de Buenos Aires, que además causó más de 700 heridos y puso al descubierto el deficiente estado del sistema ferroviario que diariamente transporta a millones de personas en Buenos Aires y los municipios cercanos. Los acusados rechazan las imputaciones.


El fiscal Fernando Arrigo pidió 11 años de prisión para Ricardo Jaime, secretario de Transporte entre 2003 y 2009, por presunta "defraudación contra la administración pública... en concurso real con delito de estrago agravado por muerte". Arrigo consideró que el ex funcionario es responsable por las graves irregularidades en la gestión de millones de dólares en subsidios al sistema ferroviario. También solicitó su inhabilitación para la función pública por 10 años.

Al exigir esa pena de cárcel, el fiscal tuvo en cuenta una condena a seis meses de prisión en suspenso que afronta Jaime en el marco de otra causa por la sustracción de documentos de prueba. Arrigo solicitó en tanto 10 años de cárcel para el sucesor de Jaime, Pablo Schiavi, quien renunció en 2013, bajo las mismas imputaciones.

Para Sergio Cirigliano, titular de la empresa Trenes de Buenos Aires que en el momento del siniestro era la concesionaria de la línea ferroviaria Sarmiento, pidió 10 años y 11 meses de cárcel por estrago doloso y administración fraudulenta a raíz del presunto manejo irregular de los subsidios recibidos del Estado. Según el funcionario judicial, ese empresario debió dar "estricto" cumplimiento al contrato de concesión y adoptar "todas aquellas medidas tendientes a revertir el estado del material rodante" que era defectuoso.

Mario Cirigliano, hermano del anterior y quien también ejerció como directivo en la concesionaria, se enfrenta a una a condena a 10 años y seis meses de prisión. Por su parte, para el maquinista Marcos Córdoba el fiscal pidió una pena tres años y ocho meses de cárcel por "estrago culposo agravado por muerte y lesiones".

El fiscal había señalado la víspera que los acusados "fueron funcionales a una misma forma de prestación y conducción del servicio de transporte ferroviario de personas de manera insegura" y que la empresa ferroviaria y su controladora "incumplieron sus obligaciones y ello provocó un deficiente sistema para que los empleados desarrollen las tareas en forma segura".

Aunque el fiscal sostuvo que ante la deficiencia del sistema el maquinista debía guiarse por "sus propios sentidos auditivos o visual, con las inexactitudes que ello implicaba", sostuvo que fue negligente porque "luego de la primera aplicación de freno que obtuvo un bajo valor de desaceleración... no aplicó el freno de emergencia y continuó la marcha hasta la zona de ingreso del andén".

Arrigo destacó que el tren circuló "con exceso de carga... le faltaba un compresor, otro que no funcionaba, con pérdidas excesivas de aire en el sistema neumático de freno", entre otras deficiencias.

El siniestro, que se sumó a otros accidentes menores ocurridos en los últimos años, obligó al gobierno de la presidenta Cristina Fernández a emprender una reforma del sistema ferroviario.20Minutos.es

22 de septiembre de 2015

Tragedia de Once: Arrigo dijo que el tren del accidente debería haber sido reparado

Actualidad

La Fiscalía acusó a directivos de Trenes de Buenos Aires (TBA) por las irregularidades y deficiencias en el funcionamiento del ferrocarril Sarmiento, en la continuación de su alegato en el juicio por la tragedia ferroviaria de Once, que provocó la muerte de 51 personas.

El fiscal Fernando Arrigo dedicó su segunda audiencia de alegatos ante el Tribunal Oral Federal 2 a advertir sobre la falta de mantenimiento en los trenes del Sarmiento, línea ferroviaria en la que se produjo el siniestro del 22 de febrero de 2012.

"Las formaciones del Sarmiento registraban atraso en las reparaciones", sostuvo, y aseguró que esas irregularidades eran avaladas por ex funcionarios imputados en el juicio, entre ellos los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi.


El representante del Ministerio Público insistió en advertir que los ex funcionarios kirchneristas tenían "la posibilidad de fiscalizar a TBA y ordenarle modificar el servicio" y no lo hicieron.

El fiscal Arrigo apuntó en este sentido al ex responsable de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) Eduardo Sícaro, a quien responsabilizó de "omisión deliberada" por no haber "resguardado debidamente los bienes del Estado".

El martes, el fiscal Arrigo inició su alegato apuntando a todos los imputados por la tragedia ferroviaria, y explicó que iba a desglosar sus fundamentos en tres grupos de responsables del siniestro.

El fiscal continuó su alegato, que demandará varias jornadas, fundamentando las bases de su acusación contra los ex funcionarios kirchneristas, los hermanos Mario y Sergio Claudio Cirigliano que estaban al frente de la concesionaria TBA, y el maquinista Marcos Córdoba, entre otros imputados.

La Fiscalía manifestó su intención de acusar a los funcionarios y empresarios por los delitos de "administración fraudulenta" y "estrago".

Asimismo, atribuyó responsabilidad en el siniestro ferroviario al maquinista Córdoba por su "negligente forma de conducción" del tren chapa 16 que chocó contra el paragolpe del andén 2 de la estación de Once.

Las audiencias por la tragedia de Once seguirán hoy en los tribunales federales de Retiro, donde el fiscal Arrigo continuará con su alegato.

Las cuatro querellas que representan a familiares de víctimas realizaron pedidos divididos de condenas para los 28 imputados. Dos querellas pidieron penas de 22 años para la maquinista por considerarlo el único responsable del siniestro ferroviario.

En tanto, las otras dos querellas consideraron inocente al motorman y reclamaron condenas de hasta 18 años de prisión para ex funcionarios y empresarios de TBA.InfoBae.com

7 de septiembre de 2015

Tragedia de Once: piden 22 años de cárcel para el maquinista

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El pedido lo realizó una de las querellas, que representa a víctimas y familiares, en el juicio. Para el abogado Jesús García, el maquinista Marcos Córdoba "es el único autor de lo sucedido". Le atribuyó entrar al andén "sin accionar los frenos", así como "haber desactivado el mecanismo de freno automático 'hombre muerto'".

La querella que representa a víctimas y familiares en el juicio por la tragedia de Once, que provocó la muerte de 51 personas, pidió hoy al tribunal que el maquinista del tren siniestrado, Marcos Córdoba, sea condenado a 22 años de prisión.

Conductor Marcos Córdoba

"Córdoba es el único autor de lo sucedido", alegó el abogado de la denominada querella número 1, Jesús García, y le atribuyó entrar al andén "sin accionar los frenos", así como "haber desactivado el mecanismo de freno automático 'hombre muerto'".

La querella imputó a Córdoba el delito de descarrilamiento doloso, del artículo 191 del Código Penal, incisos 3 y 4, que castiga a quien "empleare cualquier medio para detener o entorpecer la marcha de un tren o para hacerle descarrilar".

El inciso 4 de ese artículo incluye castigos de "reclusión o prisión de 10 a 25 años si resultare la muerte de alguna persona".

"La causa de la colisión responde exclusivamente a la conducta que asumió Marcos Córdoba al no accionar los frenos de la formación de manera previa a la llegada al andén", enunció, y sostuvo que con ello produjo "lesiones al menos a 795 personas y la muerte a por lo menos 51 personas".

Sobre el carácter doloso, o intencional, de la conducta atribuida al ferroviario, consideró que "no se evidenciaron justificaciones atendibles (por parte de Córdoba) respecto de por qué no aplico los frenos en los últimos 300 metros de recorrido del tren".

La querella número 1 finalizó con su alegato de más de cuatro horas y el Tribunal Oral Federal 2 dispuso que a partir de las 15 prosiga la querella número 2. Mañana realizará su presentación la querella número 3 y la semana próxima la 4.

García, que abrió la etapa de alegatos, sostuvo que "el tema de los frenos es una cuestión fundamental a fin de desentrañar qué sucedió aquel 22 de febrero de 2012" en la estación de Once.

La querella repasó las conclusiones de las diferentes pericias hechas tras el accidente, que concluyeron, dijo García, que "los frenos funcionaban normalmente, al contrario de lo que declaró Marcos Córdoba en varias oportunidades al formular sus descargos".

En ese sentido, insistió en que los peritos observaron en sus revisiones que "no hay evidencia objetiva de fallo o mal funcionamiento del sistema de frenos de la formación 16", así como tampoco en "el freno de emergencia" ni en el sistema de seguridad llamado "hombre muerto".

"Presumiblemente antes de ingresar al andén se habría anulado (por parte de Córdoba) el sistema de seguridad 'hombre muerto'", que de funcionar accionaba automáticamente el freno de emergencia, remarcó el querellante, e indicó que "la formación 16 ingresó al andén a una velocidad de 26 kilómetros por hora".

La querella sostuvo que "los resultados obtenidos en los dictámenes técnicos que fueron presentados en la causa dan cuenta de que Córdoba ha sido mendaz en sus dichos", al declarar como imputado ante el Tribunal Oral Federal 2.

Córdoba, a quien defiende la misma abogada que en otros juicios representó al ex mandatario Fernando De la Rúa, Valeria Corbacho, por disposición del sindicato de los maquinistas La Fraternidad, está acusado en principio del delito de "descarrilamiento forzoso".

Este juicio comenzó el 18 de marzo de 2014 y, luego de más de 100 audiencias y 225 testigos, ingresó en la etapa de alegatos.

Entre los 29 enjuiciados se encuentran, además de Córdoba, los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, los ex interventores de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte Antonio Sícaro y Pedro Ochoa Romero, y los hermanos Claudio y Mario Cirigliano, dueños de la empresa TBA, concesionaria del Sarmiento en el momento del siniestro.LaPrensa.com

16 de junio de 2015

Perito afirmó que el tren que causó la Tragedia de Once podía frenar "sin problemas"

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El ingeniero Marcos Chicote explicó que las formaciones no circulaban por debajo de esas condiciones "mínimas" de seguridad. Esta declaración comprometió al maquinista Marcos Córdoba, uno de los procesados por el siniestro.

Un perito ingeniero sostuvo que el tren de la línea Sarmiento que chocó en la terminal de Once, provocando 51 muertos y casi 800 heridos, podía frenar "sin problemas".

Al declarar en el juicio oral y público que se realiza en los tribunales de Comodoro Py 2002 de la Ciudad de Buenos Aires, el ingeniero Marcos Chicote, del grupo Roggio -que se hizo cargo del ferrocarril luego del siniestro de la mañana del 22 de febrero de 2012-, agregó que las formaciones no circulaban por debajo de esas condiciones "mínimas" de seguridad.


El experto sostuvo que la formación que aquella mañana chocó contra el paragolpes del andén dos de la terminal, podía frenar "sin problemas" con los elementos "compresores" que tenía en funcionamiento.

La declaración del perito comprometió al maquinista Marcos Córdoba, uno de los procesados por el siniestro.

Chicote dijo que cuando la empresa se hizo cargo del ferrocarril no encontró dificultad con los frenos de los convoyes, aunque remarcó la preocupación de los operadores de los trenes por la insuficiencia de repuestos en caso de eventuales fallas.

El juicio oral a cargo del Tribunal Oral Federal juzga a 29 personas entre las cuales están el maquinista Marcos Córdoba, los ex funcionarios Jaime y Schiavi y los empresarios Mario y Claudio Crigliano, dueños de la concesionaria Trenes de Buenos Aires que estaba a cargo del servicio al momento del accidente.Telam

3 de febrero de 2015

Tragedia de Once: Contradicciones en la reanudación del juicio

Actualidad

Durante la reinaguración de las audiencias, dos conductores de la línea Sarmiento se contradijeron en sus dichos sobre el funcionamiento de los frenos de la formación que el miércoles 22 de febrero de 2012 chocó contra el paragolpes de la estación terminal.

Dos conductores de la línea Sarmiento que operaban el tren que se estrelló contra el paragolpe de la estación terminal de Once, con el saldo de 51 personas muertas, incurrieron en contradicciones durante la reinauguración de las audiencias del juicio que busca determinar las responsabilidades de lo 29 imputados en la tragedia ocurrida hace casi tres años.

Uno de los maquinistas, de apellido Pollo, aseguró que cuando entregó la formación que finalmente se estrelló, la misma tenía "freno largo" lo que en la jerga ferroviaria se denomina a la cantidad de maniobras que había que realizar para lograr la detención total del tren, informaron fuentes judiciales.


En cambio el conductor que recibió ese tren aseguró que la formación siniestrada tenía "freno corto", es decir que no había que ejecutar tantas maniobras para detenerlo, cuando Marcos Córdoba, el maquinista que estaba al frente al momento del impacto declaró que el tren tenía "freno largo".

Además declaró el ingeniero Edgardo Peralta, de la Asociación de Protección al Usuario del Transporte, quien solo ratificó una documentación que había presentado en la causa referida el ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi.

El juicio continuará este martes a las 10 en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2, donde está previsto que declare, entre otros, el gerente de Seguridad Ferroviaria de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), Horacio Faggiani.

El sinestro, que generó 51 muertos y 789 lesionados, ocurrió el 22 de febrero del 2012 cuando un tren de la línea Sarmiento colisionó con la cabecera del andén número 2 de la estación terminal de Once.

Hay imputadas 29 personas entre ellas Sergio Claudio Cirigliano, Marcelo Alberto Calderón, Carlo Michele Ferrari, Carlos Alberto Lluch, Sergio Daniel Tempone, Jorge Álvarez, Guillermo Alberto Abenigno y los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, junto al maquinista Marcos Córdoba

A todos se les imputa, a excepción de Córdoba, los delitos de defraudación contra la administración pública y descarrilamiento culposo.

Según el Código Penal, esos delitos tienen una escala de pena de 2 a 6 años de prisión y de 1 a 5 años de prisión, respectivamente.

En tanto, Córdoba está imputado por el delito de descarrilamiento culposo que tiene una pena de 1 a 5 años de prisión.

En el juicio está previsto que declaren unos 350 testigos, aunque muchos de ellos no se presentaron y hasta el momento declararon 170.Crónica.com

2 de septiembre de 2014

Un ingeniero explicó que el tren que chocó en Once tenía siete variantes de frenado

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Se trata del testigo Rubén Grinspun, quien declaró en el juicio y con su testimonio complicó aún más al maquinista Marcos Córdoba, al detallar todas las instancias que podría haber utilizado para detener el tren.

Además, con los resultados que arrojaron las pericias, concluyó que la única explicación del accidente es que Córdoba no frenó.

En tanto, Gregorio Dalbón, uno de los querellantes, alertó sobre una posible teoría conspirativa en la que, según él, estaría involucrado el sindicato ferroviario.


El ingeniero Grinspun, quien declaró por espacio de tres horas, indicó ante una pregunta del querellante Gregorio Dalbón: "un coche que no frenara vi muchas veces. Que no frene o que frene mal. Una formación que no frenara, nunca vi".

Ante la insistencia de las preguntas, Grinspun sentenció: “Yo no conozco que un tren completo se quede sin freno por ninguna causa. Nunca vi”. Y remarcó: “Puede ser que no frene un coche, jamás un tren completo. En este caso, eran ocho coches”.

“La única explicación por la que el tren no frenó es porque el motorman no frenó”, agregó finalmente el testigo.


El accidente ferroviario, que dejó 51 muertos, ocurrió cuando un tren de la línea Sarmiento chocó al ingresar a la estación porteña de Once el 22 de febrero de 2012 a las 8.32 de la mañana.Télam