26 de mayo de 2017

Peligran las obras de remodelación en estaciones ferroviarias

Actualidad

Con costos desactualizados y pagos intermitentes, las empresas redujeron tareas y en algunos casos abandonaron las obras. Solo se completó el apeadero Lezica y Torrezuri, en tanto que Jáuregui y Olivera presentan grados de avance de apenas el 30 por ciento.

Las obras de remodelación de estaciones ferroviarias están virtualmente paralizadas y hay una gran incertidumbre acerca de su continuidad. De los proyectos iniciados, solo pudo ser completado la puesta en valor del apeadero Lezica y Torrezuri, en tanto que los trabajos que se llevan adelante en Jáuregui y Olivera presentan grados de avance de apenas el 30 por ciento.   

Las obras en la Línea Sarmiento habían tenido comienzo en julio de 2015 y se extendieron hasta el 24 de diciembre pasado de 2015, “cuando se les pidió a las empresas que suspendieran las obras y se les avisó que en enero las iban a llamar para reanudar los trabajos. Pero después el gobierno decidió no retomar las obras hasta revisar todos los contratos”, aseguraron a este medio fuentes vinculadas a la empresa estatal. 


El proceso de revisión se demoró hasta el mes de abril de 2016, “generando que muchas empresas no pudieran aguantar el costo de mantener a sus empleados. Muchos fueron despedidos y otros tantos se fueron por su propia cuenta por las demoras en los pagos”. Una vez que se autorizó la reanudación de las obras, “los pagos comenzaron a caer en cuentagotas, obligando a las empresas a tomar menos personal y con menor calificación. Esto provocó que los trabajos no se realizaran en tiempo y forma, y no se respetaran los planos de obra”.

Promediando el 2016, cerca de septiembre, una nueva dificultad complicó aún más el cuadro: por la escalada inflacionaria, las empresas pidieron actualizar sus presupuestos, confeccionados con los costos vigentes a mediados de 2015.               

Con costos desactualizados y pagos intermitentes, la situación llegó al punto de que varias firmas contratistas abandonaron las obras, dejando las estaciones con pilas de escombros, construcciones sin terminar y, en algunos casos, sin baños y completamente a oscuras, como ocurrió en las estaciones de Francisco Álvarez, Ingeniero Pablo Marín y La Reja.

“En Álvarez, por ejemplo, tuvo que intervenir el director de Relaciones con la Comunidad para pedir mejores condiciones para los vecinos que tomaban el tren por la noche y eran víctimas de asaltos”, revelaron las fuentes consultadas.  

“Solo continuaron trabajando aquellas que tenían otros contratos con el Estado y que de algún modo podían compensar sus ingresos, pero con una fuerte reducción de personal. En las estaciones de Jáuregui y Olivera llegaron a trabajar 30 personas, y hoy no pasan de 3 o 4. Los avances son mínimos”, completaron.   

En Luján, las consecuencias de este cuadro de paralización e incertidumbre repercuten en Jáuregui y Olivera, localidades con fuerte tradición ferroviaria que habían celebrado las reconstrucciones de sus terminales ferroviarias. “En Jáuregui el grado de avance de obra es de apenas un 30 por ciento. Faltan colocar las nuevas las luminarias y la señalización, construir las sendas de acceso y los baños públicos, la nueva instalación eléctrica y terminar los refugios, entre otras cosas. Además, faltan los cruces de andenes para discapacitados, que también son muy utilizados por las personas mayores”, precisaron.

Algo similar ocurre en Olivera, donde los avances son aún menores: solo se consolidó la base de hormigón de los andenes y el revoque del edificio principal. “Es probable que ahora sobrevengan juicios por incumplimiento de ambas partes y quizás sea necesario volver a licitar”, indicaron.

“Hay cierto temor a que los ramales empiecen a tener una baja. Se está evaluando la cantidad de pasajeros que llevan los trenes con la intención de calcular la rentabilidad. Eso atenta contra la recuperación del ferrocarril. Es cierto que con las obras, todavía hay problemas con el servicio. Pero hay que darle tiempo a un proceso que pasa por recuperar el ferrocarril como una opción de transporte público”, agregaron.

En este sentido, los peores temores afloran ante ciertos rumores que circulan entre la familia ferroviaria, vinculados no solo a la reconstrucción de las dos estaciones pendientes -Universidad y Luján-, sino también al futuro de la política ferroviaria. Según afirman, ya hay negociaciones en marcha con los intendentes para cederles el manejo de las estaciones ferroviarias a cambio de que se hagan cargo de las obras. El traspaso tendría lugar después de las elecciones de medio término que se celebrarán el próximo octubre.

“Este proceso de descentralización ya lo vimos en los 90. Los Municipios no van a estar en condiciones de encarar obras tan importantes y las estaciones no van a ser remodeladas como estaba previsto”, pronosticaron.ElCivismo.com

3 comentarios:

  1. En el ramal a Lobos pasa lo mismo. No los votemos

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  2. YO CREO QUE PELIGRA TODO ,,,,LO PEOR QUE EN OCTUBRE LOS VAN A VOLVER A VOTAR

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  3. Soy usuario regular del servicio diésel del Sarmiento y puedo decir que Luján está casi igual que siempre, majestuosa por fuera pero los andenes siguen igual de abandonados e igual de cagados por las palomas. El apeadero Univ de Luján, ídem. Lez y Tor, La Fraternidad y Malvinas no sé si tienen baños pero están casi terminadas. Rodriguez están a full, remodelando inclusive el edificio por dentro. Marín, Alvarez y La Reja están con el mismo grado de avance (igual que los grafitis) pero, al igual que Rodríguez, a la noche mejor que los santos estén de tu lado porque no instalaron las luces. Anden 6/4 de Moreno ya tiene baño, solo le falta luz. Anden 3, no sé si opera, pero el edificio más o menos quedó.
    Daniel R.

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